Las redes pueden variar en tamaño y complejidad, cada una diseñada para cumplir diferentes propósitos. Una Red de Área Local (LAN) es ideal para espacios pequeños como hogares u oficinas, donde los dispositivos están cerca y pueden compartir recursos como impresoras y archivos. En contraste, una Red de Área Amplia (WAN) conecta múltiples LAN a través de grandes distancias, permitiendo la comunicación entre ciudades, países o incluso continentes. El Internet es el ejemplo más común de una WAN.

Para áreas de tamaño medio, se utilizan las Redes de Área Metropolitana (MAN), que enlazan edificios dentro de una ciudad o campus. En espacios personales, las Redes de Área Personal (PAN) conectan dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas y portátiles mediante tecnologías como Bluetooth. Finalmente, las Redes Privadas Virtuales (VPN) proporcionan acceso seguro a una red a través de Internet, utilizadas frecuentemente por trabajadores remotos para acceder a los sistemas de la empresa.

Las empresas suelen configurar Redes de Área Local (LAN) en cada oficina para permitir el intercambio eficiente de archivos, el acceso a impresoras y la gestión de recursos. Por ejemplo, una pequeña empresa puede conectar todas sus computadoras a una LAN para compartir una sola impresora e intercambiar archivos rápidamente.

Además, las empresas utilizan Redes Privadas Virtuales (VPN) para que los empleados que trabajan de forma remota puedan acceder de manera segura a los recursos de la empresa. Por ejemplo, un trabajador remoto puede conectarse a la red de su oficina desde casa para acceder a archivos y aplicaciones de forma segura, incluso cuando está a miles de kilómetros de distancia.